Si vives en una comunidad de propietarios, es posible que alguna vez te hayas hecho esta pregunta.
¿Qué pasa si la comunidad necesita hacer obras que afectan a tu vivienda? ¿Puedes negarte a que entren en tu casa o a que rompan alguna pared? ¿Tienes derecho a una indemnización por los daños o molestias que te ocasionen?
En este artículo vamos a intentar resolver estas dudas, basándonos en lo que dice la Ley de Propiedad Horizontal (LPH), que es la norma que regula las relaciones entre los propietarios de un edificio o urbanización.
Según el artículo 9.1.c de la LPH, el propietario de cada piso o local está obligado a «consentir en su vivienda o local las reparaciones que exija el servicio del inmueble y permitir en él las servidumbres imprescindibles requeridas para la realización de obras, actuaciones o la creación de servicios comunes llevadas a cabo o acordadas conforme a lo establecido en esta ley».
Esto significa que si la comunidad necesita hacer obras que afecten a tu vivienda, ya sea por razones de conservación, rehabilitación, accesibilidad o mejora, no puedes negarte a que accedan a tu casa o a que realicen las intervenciones necesarias.
Por ejemplo, si se trata de reparar una tubería comunitaria que pasa por tu baño, o de instalar un ascensor que requiere abrir un hueco en tu salón.
Sin embargo, esto no implica que tengas que soportar cualquier tipo de obra sin más. La LPH también establece una serie de derechos y garantías para los propietarios afectados por las obras comunitarias.
En primer lugar, las obras deben estar acordadas válidamente por la junta de propietarios, siguiendo los requisitos y mayorías que establece la ley según el tipo y el coste de las mismas.
Además, deben contar con el proyecto técnico correspondiente y con los permisos administrativos necesarios.
En segundo lugar, el propietario afectado tiene derecho a ser informado previamente de las obras que se van a realizar en su vivienda, así como del plazo estimado de duración y del horario de trabajo.
También tiene derecho a supervisar el desarrollo de las obras y a exigir que se cumplan las medidas de seguridad y salubridad.
En tercer lugar, el propietario afectado tiene derecho a que la comunidad le resarza de los daños y perjuicios que le ocasionen las obras.
Esto incluye tanto los daños materiales como los morales, así como los gastos derivados de tener que abandonar temporalmente su vivienda o contratar un servicio de limpieza.
Para ello, el propietario debe presentar un presupuesto detallado de estos gastos al presidente de la comunidad antes de que finalicen las obras.
Finalmente, el propietario afectado tiene derecho a que la comunidad le restituya su vivienda en las mismas condiciones en las que estaba antes de las obras.
Esto implica que la comunidad debe encargarse de reparar o reponer todo lo que haya sido alterado o dañado por las obras.
En conclusión, si la comunidad necesita hacer obras en tu piso, estás obligado a dejar pasar y a permitir las intervenciones necesarias.
Pero también tienes una serie de derechos que debes hacer valer para proteger tu propiedad y tu calidad de vida.
