¿Cómo denunciar a un vecino por malos olores?

Dónde informar de los olores es una pregunta recurrente que se responde a continuación.

Cabe señalar que cualquier persona afectada por una contaminación ambiental excesiva tiene todo el derecho a denunciarla.

👉 ¿Dónde denunciar malos olores de un vecino?

No tiene que ser un presidente de la comunidad ni nada por el estilo, todo el mundo tiene ese derecho.

En la terminología jurídica, los olores persistentes y, por tanto, irresponsables, se tratan mediante una acción de cesación.

Su único objetivo es garantizar su cese, tanto si se producen en zonas comunes de la comunidad como en una propiedad privada, como una casa o un local.

Cuando el descanso de los vecinos y la garantía de tranquilidad se ven perturbados por comportamientos molestos (malos olores), es el momento de emprender acciones legales para restablecer los derechos inviolables de todos los propietarios.

Esta acción permite a todos los vecinos de una comunidad denunciar las molestias causadas por los olores, pero también por los humos, gases y vapores de lugares como bares, restaurantes, industrias, etc. …….

👉 ¿Dónde se hace una denuncia por olores?

Cuando se detecta una de estas situaciones y fallan los canales diplomáticos entre los vecinos, la cuestión de dónde denunciar los olores presenta las siguientes opciones:

  • Hablar con el presidente de la comunidad para mediar en el asunto y convencer al infractor.
  • Invite a la policía a venir y medir empíricamente si la actividad molesta viola la normativa que la regula.
  • Presenta una queja en el ayuntamiento para que la oficina envíe ingenieros a comprobar la situación.
  • Presentar una denuncia penal por un delito medioambiental.
  • Presentar una denuncia ante el tribunal civil o administrativo para iniciar una auditoría creíble y garantizar el cumplimiento de la normativa.

👉 El verano, el calor… Cuidado con los olores desagradables

En esta época del año, saber dónde denunciar los malos olores es una cuestión que se plantea más a menudo de lo que se cree.

Si se padece en su comunidad de propietarios, es probable que se note más que en otras épocas del año.

La gente tiende a abrir más las ventanas, «compartiendo» sus buenos o malos olores con los demás.

¿Qué podemos hacer al respecto?

Todo depende, como ya hemos comentado anteriormente en este post, de si estos malos olores, esta situación es exacta o recurrente.

Volvamos a la ley de propiedad horizontal, la acción de cesación de las molestias, artículo 7.2:

«El propietario y ocupante del piso o local no podrá realizar en él o en el resto del inmueble ninguna actividad prohibida por la normativa, perjudicial para la propiedad, o contraria a las disposiciones generales sobre molestias, insalubridad, nocividad, peligrosidad o ilegalidad.»

👉 Casos en los que hay que notificar los olores

Hay muchos ejemplos, algunos tan singulares y poco ortodoxos que le sorprenderán.

Y pueden incluso llevar a la prohibición de permanecer en su casa.

En 2015, la Audiencia Provincial de Pontevedra dictaminó que una mujer debía dejar de vivir en su casa por los malos olores que desprendía debido a la convivencia con un gran número de animales (gatos) y la acumulación de residuos.

La sentencia asegura que «la actividad que se desarrolla en el interior del inmueble, que excede y perturba significativamente el estado o la situación habitual y acostumbrada en las relaciones sociales, y está suficientemente probada».

En Italia, en una ciudad del noroeste, los vecinos se unieron para poner fin a una situación intolerable: el persistente y fuerte olor a comida frita procedente de una pareja vecina.

Se quejaron de «acoso olfativo».

Tenían razón.

En definitiva, vemos y sabemos que la legislación española nos protege de estas actividades de acoso. Dónde denunciar los malos olores ya no es un problema.

Hay varias formas de que cualquier vecino o propietario reclame sus derechos.

Si el infractor no cesa su actividad, puede ser privado del derecho a habitar o utilizar los locales en los que cometió la infracción por un periodo máximo de dos años.