¿Puedo aparcar mi moto en huecos muertos del garaje comunitario?

Esta es una pregunta que muchos propietarios de motos se hacen cuando ven que en el garaje de su edificio hay espacios que no se utilizan y que podrían servir para estacionar su vehículo de dos ruedas.

Sin embargo, la respuesta no es tan sencilla como parece, ya que implica aspectos legales, técnicos y de convivencia que hay que tener en cuenta.

En primer lugar, hay que distinguir entre los huecos muertos que son elementos comunes del garaje y los que son parte de las plazas privadas de otros propietarios.

Los elementos comunes son aquellos que sirven para el uso y disfrute de todos los vecinos, como las rampas, las escaleras, los pasillos o las columnas.

Los elementos privados son aquellos que pertenecen a cada propietario en exclusiva, como las plazas de aparcamiento o los trasteros.

Según el artículo 9.1 de la Ley de Propiedad Horizontal, los propietarios tienen la obligación de respetar las instalaciones generales y los elementos comunes del edificio, sin perjudicar el interés de la comunidad ni impedir el uso de otros copropietarios.

Por lo tanto, aparcar una moto en un hueco muerto que sea elemento común está prohibido, salvo que se cuente con la autorización expresa de la junta de propietarios por unanimidad.

Además, aparcar una moto en un hueco muerto que sea elemento común puede suponer un riesgo para la seguridad del garaje y de los demás vehículos, ya que puede dificultar el acceso o la salida de emergencia, obstaculizar el paso de los bomberos o los servicios sanitarios, o provocar daños por caídas o golpes.

Por otro lado, aparcar una moto en un hueco muerto que sea parte de una plaza privada tampoco está permitido, salvo que se tenga el consentimiento del propietario de dicha plaza.

En este caso, se estaría invadiendo un espacio ajeno sin derecho alguno, lo que podría generar conflictos entre vecinos y reclamaciones por daños y perjuicios.

En conclusión, aparcar una moto en huecos muertos del garaje de la comunidad no es una buena idea, ya que puede acarrear problemas legales y de convivencia.

Lo más recomendable es respetar los límites de cada plaza de aparcamiento y buscar otras alternativas para estacionar la moto, como alquilar o comprar otra plaza, compartir una plaza con otro propietario o utilizar un aparcamiento público cercano.